Si tiene consulta técnica, solicita más información sin compromiso. Ingresa los datos en el formulario y un asesor se pondrá en contacto contigo.
Gestionar una empresa de transporte resulta complejo, tanto a nivel organizativo como desde el punto de vista de la rentabilidad. Pero cuando esa gestión debe enfrentarse a condicionamientos externos que escapan a su control, la tarea se vuelve más complicada si cabe.
Uno de esos condicionamientos es el incremento de las sanciones de tráfico (más de un 80%) registrado durante los años de la crisis, es decir, desde el 2007 en adelante. La pregunta es ¿Tiene alguna relación la economía con una menor atención en carretera por parte de los conductores?
Muy probablemente no, ya que, según piensa una gran mayoría dicho incremento se debe a un afán recaudatorio por parte de la administración que le permita paliar de algún modo la ausencia de ingresos por otros conceptos. Pero sea justo o injusto, legítimo o no, es una realidad con la que tienen que lidiar las empresas de transporte.
Con una flota de vehículos movilizada en carretera de forma casi permanente, y rotación continua de conductores, las empresas no han tenido más remedio que afinar al máximo sus sistemas de control para localizar qué trabajadores son menos cuidadosos en el desempeño de sus funciones.
Y es que coexistencia de conductores descuidados o poco escrupulosos con el estricto control de las autoridades de tráfico han supuesto una combinación casi letal para muchas de estas empresas, que se han visto obligadas a hacer frente a fuertes sanciones sin que en muchos casos pudieran atribuir de forma certera la responsabilidad a ninguno de sus trabajadores.
Mecanismos de control: GPS
Por una mera cuestión de supervivencia, las empresas de transporte no han tenido más remedio que implementar mecanismos de control mucho más certeros que permitieran definir de manera incuestionable la responsabilidad de dichas sanciones.
Si bien es cierto que en muchos casos las multas pueden ser consideradas injustas o excesivamente rigurosas, la obligación de cualquier empresa de transporte es minimizar el impacto de estas sanciones sobre su cuenta de resultados. Y para ello no hay más opción que llevar a cabo un estudio que combine ambas variables, sanciones y conductores.
De este modo, los hechos resultan incuestionables. Un trabajador puede refugiarse en el excesivo celo de las autoridades y su facilidad para sancionar, pero si dicho trabajador acumula un número inusual de multas, ese argumento pierde peso.
Con la intención de localizar a estos trabajadores menos cuidadosos y reducir el daño que su negligente actitud al volante causaba a la empresa, se ha popularizado una solución barata y eficaz entre las empresas del ramo: el control gps.
Cómo se realiza el control GPS
Este sistema de control puede aplicarse tanto sobre vehículos como sobre empleados y permite disponer de información en tiempo real.
Camiones y furgonetas pueden ser localizados en todo momento mediante la instalación de un pequeño dispositivo que pasa totalmente desapercibido. De este modo la empresa de transporte tiene en todo momento una idea precisa de hasta qué punto se están cumpliendo sus directrices. ¿Llevan a cabo los conductores maniobras inadecuadas? ¿Aparcan en lugares prohibidos?
Las alegaciones de un conductor negligente pueden ser fácilmente desmontadas mediante la información que proporciona el dispositivo GPS, ya que toda la actividad del vehículo queda registrada y disponible para consulta posterior.
De este modo, la empresa dispone de todas las herramientas necesarias para repercutir las posibles sanciones al trabajador poco cuidadoso, lo que suele ofrecer como resultado una actuación más diligente de los conductores para evitar dichas sanciones o incluso la pérdida de su puesto de trabajo si éstas son recurrentes.
En cuanto al control sobre los empleados se realiza a través del móvil de empresa, y también resulta de utilidad para determinar hasta qué punto el conductor puede llegar a ser responsable o no de una sanción.
Tomemos como ejemplo las zonas de carga y descarga, que tienen un tiempo limitado de estacionamiento. Cuando se trata de una sanción por exceder el tiempo permitido es difícil de evaluar la responsabilidad del transportista si no se dispone de más información que la propia palabra de éste, que puede alegar haber sido multado de forma injusta.
Pero el dispositivo GPS proporcionará información precisa de su ubicación en dicho periodo de tiempo, con lo que la empresa dispone de un elemento adicional para valorar si su versión se ajusta o no a la realidad.
Especialistas en Control GPS
En ControlGPS somos especialistas precisamente en aquello que nuestro nombre indica, de ahí que cualquier empresa de transporte que tenga este tipo de problemas asociados a sanciones de tráfico o una incapacidad de asignar responsabilidades específicas a sus empleados puede beneficiarse de nuestros servicios.
La inversión de llevar un control GPS de los vehículos de la empresa es irrelevante en comparación con el ahorro que puede obtenerse al restringir las actitudes inadecuadas de los empleados que pueden repercutir en sanciones, multas e incluso deterioro de la imagen de empresa. No hay que pasar por alto que un empleado negligente es la representación de la marca de la empresa allá donde va, y por lo tanto sus acciones van a identificarse con ésta.
Contar con trabajadores diligentes y que realizan su tarea de manera responsable es la mejor forma de reforzar la posición de una empresa de transportes, y el control GPS es una fórmula que permite lograr que éstos actúen en todo momento con la responsabilidad que se les exige.
Y es que no es sólo el daño económico que las sanciones de tráfico pueden ocasionar a la empresa. Es también el malestar que se crea en la plantilla cuando todos hacen responsables a todos de las acciones que ocasionan dicho perjuicio,.
En Control GPS ponemos al alance de cualquier empresa de transporte todas las herramientas para reducir dichos perjuicios a la mínima expresión, y conseguir de ese modo, un desempeño más profesional y un mejor ambiente entre los trabajadores, al recaer la responsabilidad de sus actos directamente sobre cada uno de ellos.